La “respuesta” de los diputados de XVII Legislatura de Quintana Roo al primer informe de gobierno de Mara Lezama Espinosa fue como es y ha sido siempre en este tipo de actos, en los que no se responde a un documento recibido a lo sumo unos pocos minutos antes, sino que se establece la tónica de las relaciones políticas, no solo entre los poderes Ejecutivo y Legislativo, pues también los posicionamientos de los partidos e incluso algunos legisladores particulares son un verosímil indicador para el futuro lustro.

Por supuesto el Morena y sus aliados, desde el guiño hasta el franco apapacho, trataron muy bien a la gobernadora, unos “de a gratis” y otros con base en lo realizado por el gobierno durante el año precedente, siendo la excepción la diputada Cinthya Millán Estrella, que, sin ser cerrera, sí fue bastante crítica —más hacia la Cuarta Transformación que a la mandataria estatal—.

Nos atrevemos a especular que los diputados que no estuvieron presentes el sábado —el independiente Julián Ricalde Magaña, el petista Hugo Alday Nieto y la morenista Luz María Beristain, que pertenecen a esa clase de personas que son refractarias a las porras, las flores y las lisonjas—, aunque no les conocemos problema alguno con la administración estatal actual, prefieren apartarse de los atavismos monárquicos que se conservan en la etiqueta oficial de México en los tres órdenes de gobierno.

Nada nuevo bajo el sol, pero salvo garbanzos de a libra, como el legendario Porfirio Muñoz Ledo del 1 de septiembre de 1988, que durante el último informe de gobierno de Miguel de la Madrid Hurtado de Mendoza, en tiempos —así eran todos los tiempos, desde la Revolución Mexicana— en que los diputados solo interrumpían al señor presidente para aplaudirle hasta despellejarse las manos, interpeló hostil al jefe del Ejecutivo, todo fue normal.

Los tribunos caribeños, desde el correligionario de la gobernadora en el Morena, Ricardo Velazco Rodriguez, y el flamante presidente de la asamblea Luis Humberto Aldana Navarro, también morenista, sin derramar tanta miel como Winnie Pooh pero sí con el atinente cariño de correligionarios —la dulzura fue soportable, digamos—, hasta la seria crítica sin invectivas o desplantes groseros del PAN, el ambiente en Punta Estrella fue propicio para Lezama, que en un año, maledicencias aparte de sus detractores —los “sin-chayo” más sentimentales—, acaso puede presumir de más obras e inversiones que algunos de sus antecesores en todo un sexenio.

No sabemos si exista algún precedente para este desfase entre la recepción del informe por una legislatura y el tradicional mensaje de un mandatario, pero por ahora pensamos que debe ser adoptado, pues permite separar el acto constitucional de rendición de cuentas del boato de la fiesta del gobernante, sus aduladores, paleros y el pueblo buenamente aplaudidor.

Para este —el respetable público— no habrá limitantes protocolarias para dar rienda suelta a sus muestras de afecto, cariño incluso —habría la misma libertad para las críticas o hasta invectivas, si fuere el caso—, hacia una gobernante, que a su mil veces señalada calidad de primera mujer en ostentar el cargo —Griselda Álvarez Ponce de León sigue siendo mencionada invariablemente con el santo y seña de haber sido la primera gobernadora del el país en Colima, de 1979 a 1985, a mucha honra— ha sumado vistosas y sonoras obras de infraestructura y permanente atención directa a la gente, que de paso le aplaude con mucha sinceridad su cercanía y hasta amistad con Andrés Manuel López Obrador, de por sí el presidente más popular y querido desde el “Tata” Lázaro Cárdenas del Río.

Sin meternos a juzgar méritos o calidades de las administraciones, en lo referente a popularidad simple y llana solo Mario Villanueva Madrid fue tan popular como proyecta serlo Mara Lezama entre los gobernadores de este estado, desde el también muy querido primer gobernante constitucional Jesús Martinez Ross.

No habrá sorpresas, tampoco, esta tarde-noche en la emblemática Fuente del Pescador del paseo capitalino por excelencia, el Bulevar Bahía, elegido por Lezama como escenario para su acto político de rendición de cuentas, bien separada del lujo palaciego del Centro Internacional de Negocios y Convenciones —magnífico recinto, por cierto, pero nada popular— construido para el efecto y lo que se ofreciera por Félix González Canto.

Ya sabemos: la 4T está hecha de símbolos, verbigracia el andino cuan extraño “bastón de mando” que en trasnochada ceremonia —se lo entregó tarde, en la noche, pues… no es insidia— con el que el presidente ungió a su bien amada Claudia Sheinbaum Pardo para sucederlo.

El evento de hoy de ninguna manera es superfluo. La relación de un gobernador con su pueblo desde luego es mucho más importante que los vericuetos institucionales, habida cuenta de que el protocolo fue debidamente cumplimentado, y podremos atestiguar, dado lo que hemos podido observar de los preparativos —ayer pasamos por la Fuente del Pescador, y sin duda la instalación es digna, pero sencilla y republicanamente austera— que el acto no será para apapacho de señorones “fifís” ni cacatúas encopetadas.

No sabemos el lector, pero nosotros sí le creemos a Mara Lezama su propósito de dirigirse al pueblo antes que a los poderosos, como también confiamos en que el presidente López — críticas aparte— ha hecho lo propio a nivel país.

HELADA MADRINA

Luego del arrollador triunfo de Claudia Sheinbaum Pardo en la elección interna del Morena —por el método de las encuestas, que aunque es democráticamente muy dudoso— que fue tan abultado que no dejó duda, por más que Marcel Ebrard Casaubón y sus seguidores señalen irregularidades para abonar a su ruta alternativa en pos de la Presidencia de la República, la científica se erigió como una verdadera fortaleza para el proceso comicial en marcha, pero al propio tiempo irrumpió un fenómeno opositor no alineado a partido político alguno, amorfo, desarticulado pero con un potencial muy elevado, a la vista capaz de concitar voluntades, sobre todo de la amplia —y ninguneada por la Cuarta Transformación— clase media, que están aprovechando las fuerzas de la derecha empresarial con los anodinos institutos de oposición, de izquierda a derecha, pegados como lapas, seguramente para jugar el papel de simple plataforma electoral con fines de registro.

Xóchitl Gálvez Ruiz, estereotipo del éxito clasemediero self-made, es desde ya una importante rival para la candidata oficialista, que aglutina sin esfuerzo alguno y sin recelos ideológico-partidistas a las variopintas manifestaciones antiobradoristas, pues carece de ideología mas no de inteligencia.

No importa tanto si es ella o algún asesor —o grupo de asesores— el que está brindando fundamento a su discurso —porque lo suyo, lo suyo, es ampliar hacia abajo, hacia las clases populares, su plataforma electoral, con base en poses populistas y lenguaje soez, pues de cada tres términos que utiliza cuatro son palabrotas. Ni la izquierda oficialista ni los huérfanos de Marcelo atinan a las críticas de su actitud y discurso, pues lo único que han hecho es reforzar esa sorprendente cuan temprana adhesión a su neonata campaña: cuando tiene que declarar con seriedad y presentar propuestas a la audiencia ilustrada, lo hace con sobrados fundamentos, de los que por cierto han carecido siempre los ideólogos y estrategas de Andrés López.

Publicamos aquí que “la hidalguense de informe ideología dijo que el ‘superpeso’ es perjudicial para economía mexicana, argumentando que la moneda está siendo apuntalada de manera artificial por las tasas de interés récord del Banco de México. La víspera, en este espacio, escribimos: ‘… el hecho de hacerle manita de puerco al Banco de México para que, tras el gambito del combate a la inflación, establezca tasas de interés extremas y valorice artificiosamente al peso, no solo ha dado al traste con los efectos positivos de las multimillonarias remesas (…), sino también ha lacerado y puesto en articulo mortis a los negocios nacionales que realizan operaciones que implican cambios de divisas, como los de importación-exportación, o los turísticos, que pierden competitividad frente a sus similares de otros países, que implementan políticas y esquemas cambiarios más realistas’”. Llevamos cinco años en los que ideas fundamentales como la expresada por la candidata opositora parecieron a los no precisamente muy ilustrados gobernantes como palabras en mongol o en sánscrito, pues los pocos que entendían, como Carlos Urzúa Macías, fueron tempranamente defenestrados.

Un día de campo no será la batalla con Xóchitl para Claudia. Desde este punto de la agenda, que es en términos prácticos la línea de salida, la carrera presidencial se ve muy pareja.

Las gracejadas que tanto le criticamos a Xóchitl quienes no compartimos el humor de Chespirito y el estilo de Pedro Infante —que recuerdan a Vicente Fox Quesada hacia el 2000, aunque la folclórica ridiculez de este era involuntaria— le podrían granjear el voto de la clase media y, en un descuido, dado el adusto, muy serio talante de Claudia, hasta a muchos de los encantados de López Obrador.

Suponemos que Sheinbaum, dada su formación académica, sabe mucho más que López; ya es hora de que demuestre que sí puede con el paquete o por lo menos posee el know how.

Se puso interesante, para bien.

GRILLOGRAMA

Nada fácil, para Claudia…

Sin ser augur pronostico

Que muy difícil será

Porque no se enfrentará

A una baba de perico

columnacafenegro@gmail.com

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