Tras finalizar las obras del Tren Maya en la región de Vida y Esperanza, ubicada al norte de Playa del Carmen, los residentes han expresado su descontento debido a que el camino construido por el Ejército no alcanzó a completar su trayecto hacia la comunidad, que alberga a más de 100 personas.
Ezequiel Bautista Guerrero, presidente del comité vecinal de Vida y Esperanza, indicó que, aunque el acceso era necesario, su pavimentación no fue finalizada hasta el propio poblado. Este camino inicia en la carretera federal 307, a aproximadamente 10 kilómetros al norte de Playa del Carmen, y su realidad ha dejado mucho que desear.
“Está cerca, pero no llegó hasta nuestra comunidad. Se está gestionando este proyecto para que podamos tener continuidad en la carretera y así podamos acceder más fácilmente”, comentó Bautista Guerrero, haciendo eco de la necesidad de un acceso adecuado.
El camino, que anteriormente era casi intransitable debido al lodazal generado por las obras del Tren Maya, fue modernizado recientemente. A pesar de ello, la información recibida por los vecinos aseguraba que el trayecto llegaría hasta la entrada de Vida y Esperanza, lo que no se ha materializado. Además, Bautista Guerrero alertó sobre la disminución de la vigilancia tras la conclusión de las obras, lo que ha llevado a un aumento de la inseguridad en la zona.
“Las patrullas llegan esporádicamente, pero la seguridad es escasa. La semana pasada, el domingo, hubo un apuñalamiento, y anteriormente, un vecino fue asesinado junto a su esposa e hija cerca de este camino”, especificó el representante comunitario.
La comunidad de Vida y Esperanza, rodeada de ranchos dedicados a la ganadería, agricultura y apicultura, es hogar de una población pequeña y semi fija que depende de este camino para sus desplazamientos. La finalización de la obra es más que una cuestión de infraestructura; representa un anhelo de seguridad y bienestar para sus habitantes.