Una nueva caravana migrante partió este lunes desde Tapachula, Chiapas, con rumbo a Estados Unidos, en un intento desesperado por cruzar la frontera antes de que Donald Trump asuma la presidencia el próximo 20 de enero. Esta es la tercera caravana que se organiza desde las elecciones presidenciales en EE.UU., y está compuesta principalmente por migrantes de Venezuela y Cuba, muchos de ellos jóvenes y familias con niños pequeños.
El miedo a las políticas de Trump
Los migrantes, como Alexander Altuve, un venezolano de 38 años, temen que las políticas más estrictas que Trump tiene planeadas para frenar la inmigración afecten sus posibilidades de ingresar a EE.UU. “Hay que apresurar el paso, no sabemos qué medidas vaya a tomar”, comentó Altuve a la AFP.
Trump ha prometido declarar un estado de emergencia y recurrir al ejército para llevar a cabo lo que ha denominado “la mayor operación de deportación” cuando asuma el cargo el próximo 20 de enero. Además, el magnate de 78 años ha advertido que impondrá un arancel del 25% a las importaciones mexicanas si el gobierno de México no logra detener el flujo migratorio hacia su frontera.
El papel de México en la crisis migratoria
En medio de esta situación, la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, mantuvo una conversación telefónica con Trump el pasado miércoles para exponerle la estrategia de México ante el fenómeno migratorio. Durante la llamada, Sheinbaum destacó que las caravanas ya no están llegando a la frontera gracias a las acciones del gobierno mexicano. Sin embargo, las declaraciones de ambos líderes mostraron diferencias de enfoque. Mientras Trump afirmó que México cerraría su frontera, Sheinbaum negó haber realizado tal compromiso.
Retos y decisiones difíciles
En el contexto de un endurecimiento de las políticas migratorias, los migrantes se enfrentan a numerosos riesgos para ingresar de manera irregular a Estados Unidos. Ante las amenazas de Trump y las medidas preventivas del gobierno mexicano, muchos optan por solicitar asilo a través de la aplicación CBP One, que les permite pedir asilo formalmente en EE.UU.
Según las últimas cifras oficiales estadounidenses, las detenciones de migrantes en la frontera cayeron drásticamente de 250,000 en diciembre a 54,000 en septiembre de este año. Esto refleja los cambios en las políticas migratorias que buscan reducir el flujo de personas que intentan cruzar ilegalmente.
La lucha por un futuro mejor
Los migrantes de la caravana expresan que su travesía es una búsqueda de un futuro mejor ante la situación crítica en sus países de origen. José Luis Fernández, un cubano de 35 años, dijo: “Decidimos hacer esta caminata para buscar un futuro mejor”.
El contexto de estas caravanas subraya la crisis migratoria que enfrenta América Latina, con miles de personas que siguen arriesgando sus vidas en busca de una mejor oportunidad en los Estados Unidos.